22 de octubre de 2012

De cómo emular a Félix Baumgartner dentro de un ascensor

Bueno, hoy no voy a hablaros de mi vida sentimental ni de mis encontronazos con las mujeres, sino de mi gran y favorable suerte.
Quiero dejar claro que siempre he suscrito la siguiente frase del rapero Chojin: “la suerte y yo somos enemigos, me cae como el culo, no me gusta que jueguen conmigo". Y nunca había tenido tantas razones para suscribirla tan fervientemente como hasta esta mañana.
Me disponía a ir a clase, como cualquier adolescente, tempranito por la mañana. He de añadir que siempre he sido de vivir en las alturas, y no solo en lo referente a lo sentimental o emocional, sino que esta costumbre trasciende hasta lo físico, puesto que vivo en un 15º. Así que, para descender los 50 metros de altura respecto al suelo a los que vivo, tengo que bajar en ascensor. No me supone mayor problema, ya que los escasos 50 segundos de viaje se me hacen relativamente cortos y, por suerte, tampoco padezco de claustrofobia.
Pero lo de hoy a sido tentar a mi resistencia de una forma prácticamente sacada de Jackass.
No estoy hablando de haberme quedado encerrado; eso ya me había pasado con 8 años. En aquella situación salía de casa porque había quedado con mi primo para ir a su casa, y llevaba conmigo mi PSP. Tenerla conmigo fue de gran alivio, ya que me sirvió como pasatiempo durante el tiempo que tardaron en sacarme y no me supuso ni un simple disgusto siquiera; más bien me lo tomé como anécdota e, incluso, aventura. Pero, lo de hoy, fue diferente.
Según el ascensor empezó a descender, traqueteante, me dio una mala impresión. De repente, se detuvo en el 13º piso, lo que me hizo suponer que se abrirían las puertas en seguida porque alguien habría picado en esa planta, pero...empezó a caer. De repente y de la forma más brusca que jamás había experimentado. Aquello parecía una atracción de feria, solo que sin gitanos ni música de Camela.
Parecía que aquel aparato infernal no se detendría hasta estrellarse contra el suelo. Afortunadamente no fue así.
No entiendo mucho de ascensores, la verdad, pero he de suponer que algún tipo de freno de emergencia tendrá, algo más bien físico por si lo mecánico o electrónico fallase, ya que aquella caja que yo ya consideraba mi ataúd comenzó a disminuir su velocidad hasta, finalmente, deternerse entre el 3º y el 2º.
Serían 30 metros, 30 escasos metros que se me hicieron eternos y efímeros a la vez. 30 metros de caída libre, a las 8 de la mañana y con las tostadas aún en la boca.
Una vez detenido y tratando de pensar fríamente, llamé por el interfono a la empresa encargada del mantenimiento y reparación. Os juro que fue peor esa llamada que la caída. No quiero ofender a nadie, pero más tonta no la había.
Creo que la frase “se ha precipitado el ascensor al vacío y, tras pararse, estoy atrapado dentro de él”, muchas dudas no ofrece. Menos mal que había esperado a serenarme unos 5 minutos, porque si la llamo con el pánico a flor de piel, yo creo que arranco la pantalla de la consola de mandos. Bueno, ¿pues no va la tía y me pregunta que si puedo abrir las puertas? Os juro que, en ese preciso instante, casi las consigo abrir yo mismo, pero para no aguantar semejantes chorradas.
Al final resultó que, cuando yo ya me veía pasando media mañana ahí, ni 10 minutos tardaron en llegar y otros 5 para sacarme de aquel aparato del demonio. Eficiencia atípica española, de la que por otra parte me alegro enormemente.
¿Lo mejor de toda la historia? La cara de Margaret Thatcher al verme a las 8:40 en casa. ¡Pobre mujer, el susto que se llevó! Casi lo pasó peor ella mientras se lo contaba que yo mientras el ascensor caía...
Pero bueno, amor de madre, eso soporta cualquier cosa (esperemos).
El tema ahora es que yo seguiré haciendo vida normal y, para ello, necesito usar, por lo menos, 4 veces diarias el ascensor. Esperemos que no tenga que pasar por otra de estas porque me da a mi que no la cuento...
Bueno gentecilla, aprovecho la entrada para hablar también sobre el repunte de visitas. ¡Ya prácticamente 1.000! Muchas gracias a todos, continuad difundiéndolo y entrando de forma periódica y, por favor, comentad de forma más asidua, que me siento muy solateras hablando yo aquí sin saber si se me recibe alto y claro...
Y me despido como ya es habitual en mi: pase lo que pase, la cabeza bien alta, que es lo que les jode.
¡Un beso!

12 comentarios:

  1. Pero cuentanoslo!!!!!!

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    1. Ahora mismo lo subo, sigo con el miedo en el cuerpo...

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  2. Orden cronológico pero qu ganas de oír hablar de ella de una vez...... Llega rápido xD

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    1. Todo a su tiempo! Jajajaja
      Quedab muchas historias por contar aún!

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  3. Vaya cosas que te pasan anda! Jajaja no me pasan ni a mi, y eso que soy experta en cosas raras JAJAJAJAJA


    P.S. Me encanta tu blog!

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    1. Uf, si empiezo a contar cosas raras que me hayan pasado, no termino! A parte de ser el maestro de lo Posimposible, lo soy de lo bizarro.
      Muchas gracias por lo de que te encanta mi blog; en seguida actualizo, estate atenta!

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  4. Aishhh!!!! me encanta tu blog por favor sigue contando cosas lo necesitooooooo!!!!'!' jjajaja

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    1. Ay, muchas gracias! Mañana intentaré subir otra entrada, a ver qué os parece!

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  5. "parecía una atracción de feria, solo que sin gitanos ni música de Camela." cuando lo lei no podia parar de reir, a sido buenosimo enserio jajajaja :DD

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  6. perdon!! el de "parecía una atracción de feria, solo que sin gitanos ni música de Camela." cuando lo lei no podia parar de reir, a sido buenosimo enserio jajajaja :DD eh sido yo lo que pasa esque se mepuso como anonimo sorry D:

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    1. Jajajajajaja no pasa nada! Te parece gracioso ahora, contado por mi, pero vivirlo no fue tan gracioso, la verdad...

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